domingo, 16 de marzo de 2008

Un sueño tirado en algún rincón


Después de haberse caído y levantado un par de veces durante algunos años, como 3 o 4, se dio cuenta de que para poder hablar de algo previamente había que tener conocimiento de ello o para que por lo menos el que lo fuera a leer se lo creyera un poco.

Mira que es difícil expresar con palabras lo que se puede llegar a sentir en, como dicen ahora, tan poco "tiempo". Diversas situaciones o actuaciones de las que, cuando te has sentado o te has parado a pensar, agradeces que pasen independientemente de lo que te puedan llegar a afectar cuando las recuerdas. Así que el día menos esperado has guardado en un rincón lo que un día te dolió para hoy poner los pies sobre el suelo y saber que es lo que no quieres volver a tener y con esto mas de uno se rompió la cabeza para deducirlo aunque creedme que hace falta bastante tiempo, paciencia, prudencia y sobre todo inteligencia como para llegar a sintetizar 775 días en un rincón con un par de motas de polvo y una papelera siempre limpia.

¿Qué espera la gente cuando minimamente te conoce y te pregunta por tu cara cabizbaja y manchada por esos años que han cambiado por completo tu forma de ser?
Realmente estoy bien y no es necesario ayuda de nadie si no un espacio temporal para analizar y aprender a diferenciar lo que esta bien y lo que esta mal.

Cada día el tiempo pasa con cierta rutina aunque a veces no se da cuenta hasta que surge algún problema que me llama la atención, durante esos 2 años en los que tuvo un sueño y no quería despertarse parece que su error fue dormir ante la evidencia de unos hechos que le hicieron ver las cosas de otra manera mucho mas deductiva y atendida a razones.

Cuando todo se acaba el único consuelo al que aspiras quieras o no es a un continuo goteo de lagrimas para el más sensible, un abrazo que te puedas encontrar de alguien que te quiere y...casualmente pasaba por allí o un horizonte sin forma y sin color que poco a poco vas a tener que rediseñar para plantar cara y hacer ver quien de verdad eres. Frágil, sencillo, práctico, inteligente, ilusionado o no mas de una de estas lagrimas me enseñó que aprender a entender una emoción no es solo tarea del pensamiento si no también del corazón.

Y con esto, un par de horas de sueño, un libro y un abrigo largo me levanté del banco y me fui pensando si realmente alguien llegaría a entender esto o llegaría a entenderme ami

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